Esta es la tercera vez que Juan José Martín pone su talento y sabiduría teatrales al servicio de una de mis obras, tras Pasos y Yo, Satán. En el caso de Deseos no deseados concurre una circunstancia que hace de este nuevo estreno algo muy especial: a pesar de ser una pieza escrita hace más de una década, sus personajes nunca habían salido a la luz de un escenario.
Con una estructura caleidoscópica en la cual el protagonismo va pasando de un personaje a otro, y bajo un aspecto de comedia -sólo roto por los monólogos de cada uno de ellos, donde se exponen distintos grados de soledad-, se desarrolla una pieza que, por encima de cualquier otra consideración, nos habla de los deseos que no nos atrevemos a desear, del miedo que nos producen los deseos.
Como dice un Upanishad: “Eres lo que es tu deseo profundo, y tal como es tu deseo, así es tu voluntad, y tal como es tu voluntad, así son tus obras, y tal como son tus obras, así es tu destino”. Pero, precisamente, eso es lo malo. Nos dan miedo nuestros deseos, nos aterra nuestro destino, nos da miedo saber quiénes somos.
[Fotografías de Nicola Rocco]
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